Birkin - de la Mujer al Bolso

Puede que no estés familiarizado con el mundo de la moda, que no sepas distinguir entre un Louis Vuitton de un Louboutin, pero andes o no entre las tendencias y los clásicos, has oído alguna vez el nombre de Birkin.

En el mundo Kardashian, en series como Sexo en Nueva York, el bolso Birkin aparece como un talismán que todo lo puede, tú solo ves un bolso grande y pesado pero tiene una historia que no podíamos dejar por obvia.

La pieza icónica de la casa Hermés tiene un precio mínimo de 6000 euros y su adquisición es tan complicada como demandada. Se rumorea que una lista de espera o una buena cuenta de cliente pueden llevarte a tener uno en tus manos, pero lo cierto es que es el cáliz de oro de los bolsos.

Su exclusividad se debe a su confección, que aunque como otras muchas firmas, trabaja solo con las mejores pieles, es su mano de obra cien por cien artesanal y quienes lo fabrican (maestros artesanos con requerida experiencia de más de 10 años confeccionando marroquinería) quien le lleva a lo más alto.

Pero, ahora que sabemos el producto ¿Qué hay detrás del nombre?

Aunque la casa Hermés fue fundada en 1878, el apellido de una famosa actriz no le dio el impulso final hasta mediados de los 70. Cuando el icónico compositor francés Serge Gainsbourg hizo grabar a una inocente y a la vez insinuante inglesa “Je t'aime...ma non plus” el mundo entero le puso cara a la imagen transgresora, desaliñada pero atractiva de Jane Birkin. El matrimonio con el francés y su dispar personalidad crearon gran impacto con el mundo de la moda de la época.

No es así difícil de entender que cuando el director de Hermés Jean Louis Dumas viajaba en primera clase no pudiese sino atisbar con asombro a la por aquel entonces icónica figura.

Cuentan que en ese mismo instante, el bolso de Jane se cayó dejando ver todo su interior y sacando el mal humor francés (adquirido) de la artista. Fue cuando entre quejas y vergüenza, el presidente de la más exquisita boutique de Francia le invitó a esbozar en una servilleta un bolso con el que ella se sintiese segura.

El resultado fue sublime, una pieza grande (que rompía con su extremada delgadez) y reforzado en cierres y correas. Auténtico y fuerte, pero sofisticado y sobrio como ella. Finalmente bautizado Birkin en honor a la mujer lo inspiró, el bolso, tal y como reconocería la propia Jane, sobrepasó su propia fama, y aunque se materializó como muestra del estilo naif pero rudo del carácter parisino de la época, es hoy en día señal de exclusividad y lujo.

Si alguna vez has curioseado o soñado con adquirir un verdadero Birkin, acércate a nuestra tienda y disfruta de piezas únicas a un precio inmejorable. Te esperamos.